En el día de hoy, todos aquellos que estamos participando de esta campamento hemos firmado un pacto muy importante, un pacto por construir un mundo mejor.
Para ello, inicialmente hemos seguido las directrices de un intrépido viajero llamado Willy Fogg, quien a través de sus instrucciones nos ha hecho descubrir una melodía que nos hermana a todos los seres humano: El himno de la Alegría.
Sobre esta base, y guiados por un técnico de Fundación FABRE, hemos reflexionado no sólo sobre la necesidad de ser solidarios en el mundo actual, sino también sobre cuál es el punto de partida del que comenzamos. Porque de nada sirve desear un mundo mejor, si se desconocen las injusticias que existen en la actualidad. Al respecto, hemos celebrado un breve concurso en el que hemos puesto a prueba nuestros conocimientos sobre algunos de los principales desequilibrios sociales, económicos y medioambientales que existen en el presente a nivel global.
Posteriormente, hemos trabajado sobre el concepto de sostenibilidad y hemos ejercitado nuestra creatividad construyendo distintos instrumentos musicales con material reciclado.
Para terminar, hemos mantenido un encuentro con Mulán, una mujer que se enfrentó en un tiempo dominado por los hombres a las desigualdades que sufrían las mujeres. Algo que lamentablemente sigue sucediendo en el mundo actual.
Gracias a su orientación, hemos organizado entre todos unas breves obras de teatro para sensibilizarnos mutuamente y reflexionar sobre cómo podemos actuar en nuestro entorno para lograr avanzar hacia una justicia global.
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